lunes, 21 de mayo de 2012

Mis años 20' fueron locos

Hola, soy viejo. Me gusta presentarme de esa manera a quien empieze cualquiera de mis relatos autobiográficos: se entiende como un enganche automático al lector; a las personas, a los perros dingos, a las ardillas voladoras y a uno que otro de los marsupiales australianos, les causa mucha gracia mi ocurrencia, y también, genéricamente, ese tipo de humor.
Lo verdaderamente importante (en una presentación) es mi nombre: Prometheo, pero con "H" intermedia, como el mito helénico del titán que se hizo famoso por robarle el fuego sagrado a los dioses. Ciertamente yo no le robaría nada a nadie.
Mi edad, dejando de lado toda posible modestia, o en caso contrario vergüenza, es de unos radiantes 163 años. Magnífico para una tortuga de mar que ha presenciado unas cuatro guerras en el océano y otras dos aún más grandes en la tierra.
Sí, hoy puedo decir que el único peso que acarreo todavía del pasado es mi caparazón. Ya no hay de qué arrepentirse, ya no hay tiempo.
Es fantástica la idea esa de los alemanes que implosionaron en los años 20'. A mi parecer, lo más cautivante del expresionismo germano era lo quebrado que podía llegar a estar su rostro. El de los autores, quiero decir. Pero no se daban cuenta, por lo que no pretendo que lean esto como una crítica social en el subtexto; no sean malos lectores con la gente triste. Colores antinaturalistas que añoraban la subjetividad atormentada. Qué bonito, ¿Ah?. Sí, en definitiva. Pero éramos jóvenes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario